Ante la excepcionalidad de la situación que venimos atravesando en los últimos meses a causa del Covid-19, y siguiendo la línea de investigación de AMECUM en torno a la situación laboral de las profesionales del sector hemos elaborado un muestreo de carácter extraordinario con el objetivo de observar cuál está siendo su impacto en las condiciones laborales y en la proyección de futuro de esta profesión.

Los contenidos del cuestionario que ha recabado los datos para la elaboración de este documento han sido elaborados por profesionales de la mediación cultural que forman parte de AMECUM y que han tratado de tener en cuenta las principales situaciones de vulnerabilidad que se han dado en estos meses.

Situación laboral de las Educadoras y Mediadoras Culturales en el marco del Covid-19

El informe resultante viene a constatar que las profesionales de la educación y la mediación cultural se encuentran en un momento de gran incertidumbre ya que además de ver interrumpida su actividad profesional, desconocen si podrán reactivarla en un futuro próximo puesto que hay una percepción generalizada de que apenas se está trabajando en esta posibilidad y son muchas las que detectan una gran falta de información al respecto.

El parón generalizado del sector, está directamente relacionado con la frecuente visión parcial de esta profesión que incita a pensar que estas trabajadoras se limitan a ejecutar actividades con públicos, invisibilizando toda otra serie de cuestiones fundamentales para su labor como el trabajo en investigación, diseño o evaluación, sólo por mencionar algunos.

Una de sus consecuencias más inmediatas, ha sido una bajada en los ingresos para un porcentaje significativo del sector, lo que sin duda ha sido un gran impacto económico para un perfil caracterizado por los bajos sueldos de sus profesionales

Este escenario parece haber ayudado a poner más atención por parte de las profesionales sobre la precariedad de esta práctica, infravalorada y desatendida en muchos de los espacios en los que se desarrolla nuestra profesión. Una toma de conciencia que en nuestra opinión debe transformarse en un impulso de acción colectiva que nos permita transformar esta realidad.

En esta línea, encontraréis en el presente informe un desglose pormenorizado de los datos que hemos ido recabando y sus interpretaciones, pero también unas conclusiones generales que conducen a AMECUM a formular una serie de peticiones dirigidas a instituciones culturales y administraciones públicas que esperamos sean escuchadas en atención a todo lo detectado.

Nos encontramos en un punto de inflexión histórico en el que tenemos el deber de trabajar para volver a colocar la cultura y sus prácticas en el centro, apostando por un modelo basado en la democracia cultural. Un modelo que necesariamente debe ser apoyado y reforzado por las instituciones culturales, espacio en el cual, tal y como se constata en este informe, desarrollan su profesión la mayoría de las educadoras y mediadoras culturales.

Para conseguir este objetivo es fundamental aunar fuerzas y reflexionar sobre nuestra práctica como educadoras y mediadoras culturales, adaptándola al nuevo escenario cultural y trabajando en dos direcciones. La primera debe dirigirse a invertir todos los recursos de que se pueda disponer en procesos de investigación y creación que ayuden a esta profesión a evolucionar y a reivindicar su lugar como productoras culturales esenciales dentro del ecosistema cultural. La segunda es reforzar los espacios de encuentro y diálogo entre profesionales del sector a través del tejido asociativo para poder articular una voz común en torno a nuestras necesidades y reivindicaciones.

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